jueves, 8 de abril de 2010

Desayuno de Primavera: Una fiesta preciosa y una reflexión




Antes de marcharnos de Semana Santa celebramos en el cole un "Desayuno de Primavera" con el que se dio la bienvenida a la nueva estación y se festejó que "quien siembra recoge". Y es que el alumnado que sembró en el huerto las lechugas recogió su primera cosecha y la compartió con el resto de niños y niñas. Estaban exquisitas y más de un adulto se hubiera sorprendido si hubiera visto con que deleite "devoraron" las lechugas.
Se dispusieron dos grandes mesas -una en el patio de Infantil y otra en el de Primaria- en las que se colocaron platos con las lechugas (lavadas, troceadas y aliñadas con aceite), fuentes llenas de ensalada de tomates (estos los compró la AMPA, pues los de la huerta todavía no están), bandejas de bocadillos variados y dulces típicos de la Pascua. Parecía una cantidad ingente de comida y ¡no sobró absolutamente nada! Un desayuno precioso que se desarrolló entre risas, juegos, música y mucha alegría.
El acto fue una iniciativa de las maestras de la Comisión del Huerto.

Antes de organizarlo, estas maestras se pusieron en contacto conmigo como representante de la AMPA para preguntarme si podían contar con nuestra colaboración. Y yo le dije que, por supuesto. La AMPA compraba todo lo necesario para el desayuno (tomates, aceite y demás ingredientes para aderezar las ensaladas, platos, tenedores, manteles, servilletas, etc...). El Colegio por su parte, a través de los tutores/as repartió una hoja informativa en la que comunicaba la celebración del desayuno y pedía la colaboración de las familias que pudieran echar una mano. Todas las familias debieron leer la nota porque todo el alumnado llevaba el bocadillo (como se le había pedido) partido en cuatro trozos para compartir, muchos -incluso- cuatro bocadillos y dulces. Ahora bien -y aquí viene lo que pretendo sea la reflexión y no un simple desahogo- ¿y la colaboración de las familias? Había que montar las mesas, hacer los seis kilos de ensalada, recoger, desenvolver, distribuir y colocar más de mil quinientos bocadillos y los dulces y otras cuantas tareas para que estuviera todo a punto cuando llegara el recreo. Todo esto entre un grupo de adultos no es trabajo pero si lo tienen que hacer TRES MADRES TRES es una paliza. Yo me pregunto ¿entre los familiares de más de 400 niños/as sólo tres personas disponen de un rato una mañana para colaborar con una actividad del colegio? Propongo que pensemos por qué ocurre esto. Y un dato más. Las tres madres llevamos (como otras muchas) seis años participando en el cole. Es decir, que no fue nadie de Infantil, donde se supone que "las baterías" están más cargadas. Por favor, que nadie entienda esto como un reproche sino como una necesidad de analizar qué es lo que falla. Para saber si podemos seguir diciéndole al profesorado que cuente con nuestra colaboración... Para mejorar.
Antonia.

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